El director de una de las series más vistas del mundo hispano en Latinoamérica y EE.UU. y una de las más costosas que se han hecho en Colombia, “El Capo”, le contó a EL MUNDO cómo ha construido una dialéctica común en nuestra pantalla chica.
Lilo Vilaplana llegó de Cuba hace 19 años, “cargado de sueños profesionales por cumplir”, ya tenía una experiencia de nueve años, aunque “muy floja”, en el campo de la dirección. Contó que se inició como asistente de grabación en series infantiles. Esto le permitió conocer cómo se desenvolvía el mundo de la televisión, al que llegó porque desde joven se lo trazó como meta.
La primera vez que asumió el cargo de director fue en “Dando vueltas”, en 1991, una producción semanal que lo obligó no solo a retarse como cabeza de grabación sino también como guionista. Estuvo al mando del programa infantil hasta 1997, año en el que se radicó en Colombia.
De sus primeros años en la televisión, Vilaplana destacó el haber trabajado junto a Eduardo Macías, María Elena Espinosa y Roberto Villar, tres de los directores más representativos de la industria televisiva latinoamericana; “Eso fue como una oportunidad de esas que sencillamente tienen que llegar un momento a tu vida, para cristalizar lo que uno se ha soñado”.
Al llegar a Colombia, se encontró con una televisión “incipiente”, con muchas “ganas de sobresalir, llena de talento e ideas”, detalló. Tv Cine fue la compañía que lo trajo al país. En ese momento, él se soñaba con “la libertad” y aquí encontró más que eso, “amigos, un país bonito” y la entrada inmediata a la pantalla chica nacional.
“Siguiendo el rastro”, un seriado constituido por microprogramas, fue su primera dirección en Colombia. Narró que su estadía en el país la desencadenó su afán por librarse de la dictadura de Fidel Castro: “me encontré con una Colombia que me acogió como a un hijo, por eso esta es mi segunda patria”.
Estando aquí se enamoró de los relatos que se podían contar en nuestra televisión, según confesó. Hasta el 2003 estuvo al mando de “pequeñas producciones”, su primera novela fue “Me amarás bajo la lluvia”, en 2004.
Lo qué mas ha disfrutado de la televisión nacional, es que todas las producciones en las que ha trabajado le han enseñado algo de Colombia, “por ejemplo cuando hice ‘La dama de Troya’ conocí de cerca el folclor llanero, y cuando terminé de grabarla salí sabiendo más del llano que cualquier llanero”, describió.
Como director aseguró ser “un hombre claro”.
Él trata de enriquecer al mínimo detalle cada historia, “la magia está en que el espectador cuando vea un producto debe sentir que le estás contando algo real, verídico, en lo que puede confiar”, explicó.
Tiene como premisa definir siempre qué es lo que quiere antes de llegar al set de grabación. Le gusta seguirle el rastro a las vivencias personales, para él no hay nada mejor que relatar lo que a la gente le pasa, es por esto que las producciones que ha dirigido están llenas de “historias conclusas e inconclusas, hechos cercanos y llenos de vida, narraciones de lo que es Colombia y lo que no puede ser”, definió.
Siempre ha trabajado por ser un “director de actores, mas no de métodos de actuación”. Difiere por completo del facilismo, cada día se entrega al máximo para aportarse a sí mismo y a los demás y nunca se ha rendido en perseguir sus sueños, “porque el enriquecimiento personal está en buscar éxtasis en uno mismo”, finalizó.
CADA PAÍS CUENTA SU HISTORIA
“Así como hablan del Holocausto Nazi y los ‘gringos’ hasta hacen películas de la Guerra de Vietnam, pues me parece bien que en Colombia se cuente una parte de su historia gris, la del narcotráfico”, de esta forma justificó Lilo Vilaplana su decisión de dirigir la tercera versión de “El capo”.
Marlon Moreno, el protagonista, declaró que los productores “la quieren sacar del estadio” con esta temporada, como una forma de continuar con el éxito que presentó la serie anteriormente con su rating. Por su parte, Gustavo Bolívar, guionista, detalló que “una sociedad del narcotraficante colombiano con un cartel mexicano” servirá para que el país reconozca los orígenes de esta práctica.
“ARREPENTIDOS”
El director cubano Lilo Vilaplana se estrenó en el canal internacional National Geographic Channel, Natgeo, dirigiendo una serie de docu-dramas en una nueva producción con historias de latinoamericanos cuyas elecciones de vida tuvieron consecuencias no deseadas y hoy están “Arrepentidos”.
La serie se empezó a emitir ayer en toda Latinoamérica. En cada episodio hombres y mujeres contarán cómo y por qué tomaron una decisión, que sin esperarlo, los llevó a experimentar el encierro, la frustración, la culpa y finalmente el arrepentimiento.
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